Farming Simulator 17

 

Descripción

Farming Simulator 17

Farming Simulator 17 a día de hoy es el líder indiscutible dentro del mundo de la simulación agrícola.

Con muchos de sus rivales a años luz de lo que ofrece la desarrolladora suiza.

Formula

La fórmula ha permanecido prácticamente inalterada desde sus inicios.

Cada entrega supone una pequeña actualización respecto a la anterior, siempre teniendo en cuenta las opiniones de la comunidad, la cual es uno de los pilares fundamentales de la serie.

Y es que sin ella, Farming Simulator no sería lo mismo, ya que uno de los puntos fuertes en estos simuladores son los ‘mods’, los cuales también llegan a videoconsolas con esta nueva entrega.

Mejoras

Entre sus bondades podemos destacar el gran número de máquinas y aperos disponibles, todos ellos perfectamente licenciados y con todo lujo de detalles.

También la representación de los escenarios, que no se limitan exclusivamente a los campos o cuadras.

Y, por supuesto, el sistema económico que esconde el juego tras de sí.

Si has leído hasta aquí es que algún interés tienes sobre el juego, así que endósate el mono vaquero, el sombrero de paja y sigue descubriendo todas las razones por las que hacerse granjero es genial en Farming Simulator 2017.

Hacerse Granjero

La primera razón de todas es muy evidente; a muchos nos encantan los paisajes campestres, la paz que se respira en el campo frente al bullicio de las ciudades. Y eso gráficamente Giants Software lo ha reflejado muy bien en Farming Simulator 2017.

Los vehículos y aperos, por su parte, se encuentran muy bien diseñados.

Tanto que incluso han incluido pegatinas de instrucción o advertencia bajo la carrocería, sin embargo dan la sensación de artificiales, todos parecen sacados de un catálogo de una marca, demasiado perfectos.

La tierra, gran protagonista del juego, resulta también algo artificial, sin apenas evolución desde la última entrega y sólo con detalles interesantes cuando se está arando.

Lo mismo le ocurre a los cultivos, que no llegan a convencer debido a su artificialidad.

Farming Simulator

Los efectos, que son muchos, caen en el mismo problema que todo lo comentado anteriormente.

Cumplen su función, sí, pero a veces parecen de dos generaciones atrás y su incidencia sobre el terreno u otros elementos es demasiado básica. Un buen ejemplo de ello es el volumen del trigo, las pipas o cualquier otro grano recolectado. Además, el título, por el momento, sufre de numerosos ‘bugs’ que pueden dar al traste con nuestra partida; como en nuestro caso, en el que por arte de magia un tractor se nos incrustó en el techo de una cuadra y nos fue imposible sacarlo.

Pero, al margen de todo esto, Farming Simulator 2017 consigue generar armonía a pesar de sus efectos y detalles paleolíticos.

Admirar un paisaje, una puesta de sol, un campo cultivado… todo rebosa belleza a pesar de no contar con unos efectos de luz punteros.

El diseño de los escenarios, muy diferenciados entre sí, raya a un buen nivel.

Por un lado tenemos Goldcrest Valley, que emula a cualquier región noroeste americano.

Por otro está Sosnovka, más interesante por salirse de lo clásico, escenario inspirado en algún país de Europa del Este.

Ambos escenarios están cargados de campos, detalles y atrezzo.

La única pega es que se antojan escasos, dos o tres más hubiesen venido bien ¿quizá alguno inspirado en Sudamérica, África o Asia? ¿o alguno de clima más frío, que pusiese contra las cuerdas nuestros cultivos y animales?